lunes, 14 de noviembre de 2011

Macao

Una complicada mezcla entre China, Portugal y Las Vegas que no te puede dejar indiferente. La primera sensación al llegar fue que entrábamos en un parque temático donde había reproducciones de la antigua Grecia y Roma, algún que otro volcán artificial, e incluso copias de edificios construidos mucho más recientemente como el Water Cube en Pekín. Aquello no nos estaba gustando nada así que rápidamente nos subimos a un autobús que nos llevase al casco antiguo de la ciudad, donde nos encontramos con edificios coloniales que fueron construidos durante los más de 500 años que esta ciudad perteneció a Portugal, hasta ser cedida de nuevo a China en el 1999.
Callejeando llegamos hasta la Fortaleza do Monte, desde donde puedes observar vistas de todos los puntos de la ciudad y ver cómo ésta ha ido creciendo, desde las construcciones más antiguas y de menor altura en el casco antiguo, hasta los grandes edificios de viviendas que se han construido mucho más recientemente y que tanto recordaban a los de Hong Kong.



Al bajar de la Fortaleza nos encontramos con las ruinas de la antigua iglesia de San Paulo, aclamada como el mejor monumento cristiano en Asia, pero claro está que a nosotras no nos podía sorprender tanto como a todos los turistas chinos de estaban visitando la ciudad.


En cuanto a gastronomía, encontramos varias tiendas donde vendían estas galletas de almendras que nos gustaron mucho, la ternera dulce, que no probamos ya que en Hong Kong también hay por todas partes, y los rollitos de pescado, que no nos gustaron mucho pero fue curioso ver cómo los hacían.







Despúes decidimos ir a ver cómo era aquello de Las Vegas en Macao. El primer casino al que entramos fue un tal Galaxy, que no podía ser más ostentoso, decorado con enormes y recargadas lámparas, fuentes y esculturas y donde encontramos infinitas salas de juego llenas de gente, miles de cámaras de seguridad y personal uniformado que controlaba cada movimiento y que no nos dejaron hacer ninguna foto. Luego entramos en el más grande de todos, The Venetian Macao, donde empecé a encontrarme bastante desubicada, realmente aquel era un sitio donde no había planeado estar y donde no me sentía nada agusto. Todo era mentira! habían reconstruído Venecia y hasta el cielo era falso y la única finalidad de todo ello: el dinero, malgastado.

Al final salimos pitando de allí pero todavía nos quedaban unas cuantas horas hasta coger el ferry de vuelta. Tuvimos la suerte de encontrar un paseo muy agradable y unos filipinos con guitarras que rápidamente se nos acoplaron y nos hicieron compañía las horas que nos quedaban.

3 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho la entrada. Tienes algunas fotos muy chulas, que pena que no haya más! :) Nunca he estado en Macao ya que el día que iba visitarla desde Hong Kong se puso a diluviar y al día siguiente ya tenía el avión para irme, así que me queda pendiente. La verdad es que esas horteradas tipo parque temático no me van nada pero seguro que tiene rincones interesantes.
    Un abrazo y sigue disfrutando!

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias Kenneth! La verdad es que para una escapada de un día no está nada mal, qué pena que no hiciese buen tiempo cuando estuviste por aquí, ahora mismo también está diluviando y creo que va a estar así toda la semana!
    Por cierto, he leído que estas terminando algunos videos de Japón, qué ganas de verlos!:)

    ResponderEliminar
  3. Helen cariñooO!! ace tiempo q no t escribo pero esq no tngo ordenador, excepto cuando se lo robo a mi primilloooO!! veo q siges disfrutando al maximo, q aprovexas cada segundo, que tienes un huevo de curro y q siges aciendo fotos a to dios sin entender q no t hayan dicho algo todavia jajaja!! cosita miaaa!! q t exo muxo de menos y q aunk no t escriba muxo, me acuerdo de ti siempreeeeeeeeee!!! un besito petardaaaa Testim!!!

    ResponderEliminar