Después de más de una semana de desconexión por la entrega de proyectos y las que han sido mis únicas visitas, las de mis padres y mi hermano con Tere (que aprovecharon para meterse en el paquete de una manera muy sutil y que a mi me ha hecho muy feliz) vuelvo para empezar la que va a ser mi última etapa en Hong Kong, que espero aprovechar mucho más, ahora que ya he terminado lo más importante y ya no tengo más clases.
La semana pasada fue una auténtica locura. Como ya os comenté tenía que hacer una maqueta de hormigón y, por un lado, este material a la escala a la que estaba trabajando, no funcionaba bien y por otro lado, dos manos no eran suficientes para llevarlo a cabo, así que al final fue una auténtica chapuza! Y después de haber dedicado más de cinco días a prepararla, os podéis imaginar cómo me quedé al ver que no salió como esperaba. El jueves por la noche teníamos que dejar todo listo en la clase en la que íbamos a exponer al día siguiente ya que la cerraban con llave y no se podía introducir nada más, todo para que fuéramos a dormir y ducharnos, ya que iban a venir muchos profesores a evaluarnos, incluso de Shanghai, y teniendo en cuenta las pintas con las que hemos llegado a las anteriores presentaciones, la cosa tiene bastante sentido!
Hasta las cuatro de la tarde no llegó mi turno, en el que me puse algo nerviosa para arrancar, pero después todo salió bastante bien, en realidad mucho mejor de lo que esperaba. Las críticas fueron buenas en general, y eso que yo no estaba muy contenta porque creo que no llegué a definir muy bien el proyecto y se quedó más bien en la idea, pero como digo ésta gustó bastante, así que al final me quedé muy contenta.
Del resto de presentaciones hubo una que me gustó especialmente y fue la de un chico que, a partir de los estudios y obras que el arquitecto Félix Candela hizo con el hormigón creando esas finas láminas curvas, propuso una manera de trabajarlo con la que conseguía unos paneles con doble curvatura y, segun su posición , permitía que no fuese una superfície siempre contínua, sino que se creasen algunas aperturas para la entrada de luz. Lo mejor de todo fue cuando se sacó una linterna del bolsillo y al iluminar la pieza del hormigón, ésta era translúcida ya que había introducido fibra de vidrio al hacer la mezcla.
Al terminar fuimos a un restaurante de Hot Pot, una de las comidas que no te puedes dejar si pasas por aquí, pues además de estar muy buena es muy entretenida. Es algo parecido a lo que nosotros conocemos como Fondue, pero tiene sus diferencias. En el centro de la mesa se coloca una olla con un caldo, o dos y uno de ellos picante, que puede ser de carne o pescado y en ella se hierven alimentos como setas, gambas (que te sirven vivas en la mesa), verduras, nuddles, carne... y con un cazo cada uno se va sirviendo a su gusto.
Despúes de otro intento fallido de fiesta por las calles de LKF, decidimos ir a comer Dim Sum, otra de las comidas chinas más típicas. Se trata de unas bolas de carne o pescado envueltas, unas veces en pasta y otras en arroz, y hechas al vapor dentro de unas cajas de bambú. Comimos al lado de este hombre que, muy orgulloso, nos contaba todo lo que estaba comiendo por sólo dos euros.
Hoy a Freya se le ha ocurrido "cocinar", y la verdad es que no se le da nada mal, a buenas horas nos enteramos!
